sábado, 23 de febrero de 2013

DIA 35: KO PHANGAN A FULL!

7 AM y llega el taxi que nos llevara al aeropuerto. Con Carlos estamos medios muertos después de que Patong Beach nos absorbiera y transformara nuestra corta salida en un carrete bueno bueno.

Llegamos al aeropuerto y tomamos desayuno después del Check in en el lounge de Bangkok Airways. No tenemos ticket de business ni nada especial, pero como es una aerolínea boutique tiene estas cosas especiales que la diferencian de las otras. Empezamos a ver una película pero el sueño me gana y yo me pierdo gran parte de lo que alcanzaron a ver los demás.

El vuelo anduvo bien en una avioneta a hélice chica con diseño playero como el primer Bangkok Airways que tomamos hace unos días. Después de 45 minutos aterrizamos en Ko Samui y compramos al tiro un ticket que incluye el taxi al muelle y el ferry que va desde Buda Pier (Ko Samui) hasta el Haad Rin (Ko Phangan).

Como son las 11.30 y el ferry sale a las 13.00, con Carlos aprovechamos la playa al lado del muelle y nos metemos al agua a pasar el rato bien fresquitos. El Sol esta de muerte así que después de media hora mejor nos salimos para no morir calcinados. Ya cuando se va acercando la hora llega y llega gente al muelle así que hay que estar atentos para poder agarrar buen puesto en el ferry.

Llega un barco, al parecer de Ko Phangan, y se bajan pocas personas que no cacharon que en 4 días más es la gran fiesta y se van ahora!. Gran L para ustedes!. Se empiezan a amontonar todos en la entrada del muelle y de repente dan la pasada. Para toda la gente que hay habrán 2 ferrys así que como estamos bastante adelante estamos tranquilísimos. Pasamos y nos subimos al primer ferry que están llenando y que ya esta bastante full. Dejamos las mochilas en un montón de equipaje que después seguro será un desafío re-asignar a sus dueños en la bajada, y nos metemos en la cabina del segundo piso donde aún quedan asientos. Entra y entra gente. De repente cambian al ferry del lado que también se llena. Vuelven a re-llenar el ferry nuestro y partimos con 40 minutos de retraso. Seguro estamos con sobrecarga y el ferry parece no tener una quilla que lo estabilice así que la sensación general es que el naufragio es una posibilidad cuyo porcentaje es más alto que para un traslado normal en ferry entre islas.




Después de una hora llegamos a Ko Phangan con harto bamboleo del barquito porque el clima está sólo un poco feo y el viento coopera bastante con el movimiento. Llueve también así que esta búsqueda de transfer y traslado al hotel estará bien aventurero. Justo antes de bajarnos empieza una lluvia desenfrenada y monumental que complica más aún el panorama. Ponemos las capuchas anti-agua a las mochilas y nos bajamos, y a pesar de que hacemos el intento por llegar lo más rápido posible al techo que esta a 4 metros igual nos empapamos. Caminamos bajo el techo con los pies sumergidos en la poza de agua que crece y crece. Vemos el letrero del transfer que la dijo nuestro hotel que tomáramos pero el avispado tiene sólo una camioneta con el pick-up abierto y con esta lluvia jamás podríamos irnos ahí. Buscamos otro taxi que aunque es pagado nos dejara más cerca y al menos nos lleva cubiertos durante el trayecto. Llegamos al hotel del lado, porque nuestro hotel no tiene acceso para autos, y nos bajamos. A caminar!. Nos dicen que es a 5 minutos y de verdad es poco. Tenemos que pasar por la playa y ahí vemos el letrero del hotel "Leela Beach Resort". El panorama es feito: unas casuchas de 1x1 viejas casi desarmandose de madera gris y techo de paja... Caminamos un poco más cuando sigue lloviznando y justo antes de que se largue a llover a full otra vez. Dejamos las mochilas y hacemos el Check in. La mina de recepción es un plomo hecho persona. Cuando esta todo ok su hija chica de unos 10 años nos lleva a las piezas. Al menos nuestras casitas son de ladrillo porque como tienen A/C dan mejor aislación. Bien feas por dentro, simples y no tan bien mantenidas, pero limpias. Al menos para mi soportable y bien. Lo bakan es que tenemos la playa a 15 pasos así que eso va a ser rico al despertar.

Almorzamos en el Restaurant del lobby con una pareja de chilenos que ya habíamos conocido en Hanoi porque también estaban en el mismo hotel. Después que terminamos la lluvia es menos así que tomamos las cosas y nos vamos a las casuchas. Yo me quedo ordenando las cosas y sacando las tonteras que están empapadas mientras Carlos va a la casucha del Vale y la Nico a terminar la película del aeropuerto. Descanso y siesta. Llega Carlos a dormir un rato también después de la película.

De repente nos toca la puerta el Vale y nos cuenta que el Mati acaba de llegar con la Barbi en moto a su casucha. Estamos ok para salir así que ellos se van en la moto a un Restaurant donde quedamos de juntarnos y nosotros 4 hacemos la travesía por la playa como cuando llegamos a la isla.

Comemos en el restaurant "Same Same" (se llama así no es que sea igual a algo que hayamos estado) y las cosas llegan bien ricas. Después de eso nos vamos a la famosa playa del carrete donde en 3 días más es la fiesta de la luna llena (Full Moon Party). Caminamos por el arena viendo los bares que aún están bastante apagados (son recién como las 21.30). Cuenta la leyenda que al final de la playa venden los mejores shakes del condado así que vamos hasta allá.

Llegamos al Kangaroo Bar y pedimos la especialidad de la casa, un happy shake. Nos sentamos en una esquina en el suelo y empieza el evento de inauguración de Ko Phangan esta primera noche en la isla.







Después de un rato bajamos a la playa justo abajo del Kangaroo Bar donde las luces disco iluminan el mar y nos quedamos los 4 con Carlos, Mati y Barbi un rato ahí disfrutando de las olas y el aire fresco con viento incluido (el Vale y la Nico se fueron al hotel).




Ya más tarde caminamos hacia la fiesta casi-casi full moon, con el cielo parcial nublado que deja ver a ratos a la protagonista del gran evento del 26 de febrero. Pasamos por un bar que se ve prendido con miles de gringos bailando arriba de las mesas (Cactus Bar), y seguimos caminando hasta el fondo para hacer un reconocimiento completo para los próximos días. Llegamos al Drop In Bar y ahí nos quedamos bailando harto rato y mirando cómo la gente local tiene puestos sus stands de pintura fluorescente con tubos azules para que al pintar se vea súper loco el diseño (el problema es que te alejas de la luz y tu flúor se acaba, pero en varias partes hay tubos así que es como si tuvieras un ON-OFF que te prende y apaga cada cierto rato). Dejamos la situación de pintarnos para otro día, cuando también tengamos probablemente el outfit Full Moon completo (poleras, cotillón, y más cosas flúor).




Volvemos a pasear mientras muchos locales en sus stands te llaman para ofrecerte buckets, con el mismo sistema que en Phi Phi pero acá "le lleva pintura flúor para el cuerpo". Pasamos por hoy. Llegamos a ese bar prendido que habíamos visto y nos quedamos bailando ahí. Son más o menos las 2 de la mañana y empiezan a haber caídos... Ebrios tambaleantes que no pueden enfocar bien, algunos que se toman los buckets al seco, los dejan en el suelo y caminan decididos al montón de gente a agarrarse a alguna chiquilla, el mar se transforma en urinario público, caen botellas de las mesas donde están parados bailando, la gente choca con otra gente cuando caminan, etc. Lo bueno es que no hay gente polvorita como en Chile que con algo de alcohol empieza a ofrecer combos para todos lados así que la buena onda se siente en el aire (y aparece en las fotos).

Vamos por algo para comer y ya sentimos que el fin del carrete se acerca para nosotros que estamos algo cansados. Con Carlos compramos un maíz y un sándwich. Volvemos los cuatro a la zona del Cactus bar esta vez sólo a mirar cuando se nos echa la yegua que llevamos dentro y decidimos irnos. El Mati y la Barbi van en busca de la moto y nosotros nos sentamos un milisegundo en la playa... Porque al tiro decidimos irnos mejor a dormir.

Caminamos al hotel y mientras pasamos por la orilla del mar aprovechamos la tranquilidad de la noche y nuestro atuendo playero para meternos al agua. Satánica sensación de que en cualquier momento aparece el monstruo del lago/mar y te come. Nos salimos rápidamente y nos vamos a dormir. Estuvo bueno bueno el carrete.

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