domingo, 27 de enero de 2013

DÍA 8: CHIANG MAI TOUR x 1100 baht

¡Increíble día por sólo 15.000 pesos chilenos!

Partimos a las 8 AM en un pick-up de camioneta tipo reality mundos opuestos, equipados para un día de aventuras. Y así será! Hace frío en la mañana... No friiiio pero más que toda nuestra estadía aquí.




Primera parada del reality: Granja de orquídeas y Mariposario. De mariposas poco... Una que otra polilla volando pero más que eso no mucho que ver. Las orquídeas de diferentes tipos, portes y colores con las raíces al aire atrapando al parecer sólo la humedad del ambiente para sobrevivir... Bonitas pero al fin y al cabo la parada fue un bonus track.





Seguimos el camino ahora a ver la tribu de mujeres de cuello largo (Long Neck). Es una atracción turística donde te llevan a ver a quienes en algún momento estuvieron en Birmania y con alguna dictadura empezaron a ser exterminadas y expulsadas... Llegan a Tailandia pero no tienen apoyo gubernamental, así que la idea de subsistencia es el turismo, con la venta de handicraft todo hecho ahí por ellas. Los hombres, en cambio, hacen la pega pesada en las montañas. El parque de diversiones expositivo empieza con un puente que cruza un río con cascadas de fondo y unas 10 Cabañas mini donde te puedes alojar. Luego llegas a un tipo de feria artesanal donde la fotografía es gran parte del panorama. Todas sonríen, posan y no tienen problemas con que las bombardees a flash-foto-flash-foto. Luego de esperar pacientes el acoso del lente de la cámara se paran y te ofrecen las cosas que hacen... y barato. Hasta las vimos tejiendo en telares bufandas de hilo.

Vemos a la mujer de cuello más largo de todas, de mayor edad que ademas de ofrecer sus artesanías, sabía tocar guitarra (aunque una guitarra no convencional). Nos tomamos mil fotos con ella (en algunas hasta nos ponían el medio cuello de anillos para turistas para que posáramos en la misma onda) y luego seguimos recorriendo el lugar.






Más arriba hay más mujeres con anillos en el cuello: mujeres y niñas. Es domingo por lo que tenemos la suerte de ver a muchos niños en el lugar, ya que normalmente tienen una escuela especial para ellos los días de semana donde los integran al mundo Thai. A diferencia de la niña de ayer que estaba entrenada para pedir bahts después de la foto, estas te miran y sonríen tímidamente. También posan pero no esperan más recompensa que cautivar con la mirada y lograr que compres algo de la tienda de su mamá o abuela. Incluso reciben tímidamente si les das algo... En mi caso un par de dulces (la dentista del año!), a los que agradecen con timidez con las manos juntas al frente haciendo un pequeño saludo, algo así como una reverencia.





Dejamos el lugar para ir ahora a andar en Elefante. Nos piden al llegar que por favor no nos acerquemos a elefantes sin entrenador ya que en la mañana uno de ellos ataco a una persona... Wow!

Elefantes tristes, con una montura tipo silla para dos personas en el lomo, terreno polvoriento, cada uno con un cuidador. Compramos por 20 baht adicionales una bolsa de mini bananas porque nos pedirían en el camino. Empieza la travesía: nos acercamos a la torre de madera de la altura del lomo de los paquidermos para poder subir a la silla de paseo. Van primero la Nico con el Vale, después Mati y la Barbi y al final nosotros dos con Carlos. Los machotes sentados en el cuello del elefante (cada uno en su elefante, jamas los 3 en el mismo sino estarían desnucados) y nosotras en las sillas súper estables. Nuestro elefante no quiere partir... quiere bananas. 1, 2, 3 bananas y nada... 4, 5 bananas, "golpecito" del entrenador y parte el pobre.




Paseamos por una vía de tierra entre tambaleos de un lado a otro como flotando en una nube, pero más dura (nunca he andado en nueve pero debe ser similar mil más suave jaja)... Rara sensación a fin de cuentas. Nuestro elefante pedía y pedía bananas, tantas que tuvimos miedo de quedar sin bencina para él, así que ya no habían bananas enteras para el glotón, sólo pedacitos de cáscara para racionar las porciones y que nos llevara hasta el final!!


Elefante pidiéndole bananas a Carlos que iba sentado en su cuello


Como íbamos al final veíamos el panorama completo de los 5 elefantes más otro grupo que salió antes de nosotros... A Mati y Barbi les llegaron un par de splashs cuando su elefante encontró agua y quiso refrescar su cuerpo tomando agua con la trompa y rociándola por los costados :)


Mati haciendo equilibrio mientras su elefante se refrescaba



Llegamos al fin del recorrido a una plataforma similar a cuando nos subimos, pero ahora para bajar. Adiós elefantitos. Caminamos hasta el río y ahí nos cruzan en una jaula al otro lado para retomar nuestra camioneta de mundos opuestos para el próximo desafío: el almuerzo




El lugar del almuerzo era el comienzo de nuestro trekking. Nos dan a cada uno una pirámide de hoja de plátano amarrado con un elástico... A simple vista una mini pirámide. Los hombres se miran con cara de "Esto es la entrada, cierto?" Pero al abrirlo nos damos cuenta de que un rico PadThai se esconde ahí, suficiente para el próximo recorrido. Nos salvamos del almuerzo típico de tours que comíamos en los otros lugares de Bangkok... Al menos el menú es más rico. Piña de postre, unos minutos para cambiarnos ropa y a caminar!

Empieza el trekking caminando siempre por la orilla del riachuelo. Acomodamos los bolsos y cargas varias (que ojalá llevarán sólo los hombres) y caminamos sin parar porque nuestra guía al parecer tenía un master en cherpas... A toda velocidad! Estuvo entretenido el camino, parando en una zona que usualmente utilizan para los tours de 2 días 1 noche en que la quedada a dormir es en una zona de naturaleza con fogata y cosas místicas varias al aire libre... Cuando nos explican cual es el baño, la pieza para dormir todos los turistas apelotonados y la cocina, con la Nico nos miramos y fue un "Menosmal que vinimos al de sólo 1 día!" Jaja.




Llegamos al objetivo de la caminata: una cascada. Nos bañamos con congelamiento de huesos porque el agua estaba demasiado helada. Rato suficiente para fotos, vídeos y ya... Afuera y a vestirse. El sol estaba tapado por las ramas de los árboles grandotes así que ni eso nos ayudaba a protegernos de los tiritones. Caminamos de regreso sin novedades y volvemos a la camioneta.






Y la cosa aún no terminaba. Última parada: rafting.

Nos pasan cascos y chalecos asquerositos pero no tenemos muchas opciones... Nos hacen la introducción con indicaciones que tendremos que seguir al remar... Como sensación general, no habían muchas expectativas, ya que el río se ve leeeeeeento y sin pendientes ni bajadas notorias... Es parte del tour así que hay que hacerlo igual. Como éramos 10 los turistas nos dividieron en grupos de 5 y por más que pedimos nos dijeron que no a ir juntos los 6... Cachipun entre hombres y pierde Matias... Se va en la otra balsa. Nos subimos y nuestro guía no da una... "Forwaaaaard- Stop" no terminaba de decir que avanzáramos cuando ya nos decía que dejáramos de remar. Nos quedamos pegados varias veces entre rocas y en muchos "rápidos" (nivel -3) bajamos de espaldas pero al final llegamos ok. Nuestro guía era pésimo timón y la balsa parecía, con palabras del Vale, el juego de las tazas locas de fantasilandía... Grabamos felices pero off the récord nos odiábamos: el guía a nosotros y nosotros a el. Aprovechaba cualquier tiempo muerto para tirarnos agua con el remo el muy maldito y nosotras entre reclamos y súplicas pedíamos que no mas... hacia mucho frío!



Llegamos abajo y nos esperaban unas entretenidas balsas de bambú... Mismos grupos, 5 por balsa, distribución de peso para no hundirnos y a "disfrutar" el lento y tranquilo paseo....




Sólo queríamos que terminara pronto! Hasta qué vimos la luz... Llegamos! ... todo mojado. El gran resultado: una cosa super loca! Imaginandonos recorriendo el sudeste en un pick-up así jaja




Cambios de ropa y de vuelta a Chiang Mai (1,5 hrs de regreso en el pick-up vientoso). Conversando algunos con las colombianas que iban y otros tratando de dormir. Llegamos al hostel y nos preparamos para nuestra última salida nocturna de Chiang Mai.

Vamos en nuestras motos re-arrendadas hasta mañana para poder tener transporte hasta último momento en la ciudad. Nos recomiendan en el hostal un restaurant en la orilla del río "The Good View". Más caro que nuestros usuales, pero restaurant. Pedimos nuestras comidas y una vez más el picante nos ataca... Yo cambio mi plato, me lo traen igual (finalmente me comí el de Carlos que estaba más decente), y Mati no podía respirar. Extrañamos sin dudas nuestros carritos.

Después de comer vamos a la orilla del río y disfrutamos de la romántica vista... Hasta que el olor a alcantarilla del río nos supera y tomamos la gran decisión de abandonar el lugar.


Puente en Chiang Mai

Pasamos a ver un pub que nos tinco ayer cuando salimos en la noche en las motos, pero estaba muy vacío así que para la próxima vez (como si fuéramos a volver pronto a Chiang Mai jaja). Paseo por el centro y wow! Sunday Market! Más y más mercado con cosas que no habíamos visto en los otros mercados. Compramos con la Barbi unos regalos para nuestros perrhijos y cuando ya estaban cerrando visualizan el postre: un carrito de crema. No son crees usuales sino que aceiti-creps... Uno para carlos y otro para el Mati, a cruzar los dedos y para adentro.

Ya cansados todos vamos en busca de las motos y sorpresa! Sacando la cadena se queda una llave en la caja. Damn! Por suerte la buena actitud del pillo chileno logra levantar la tapa un poco a la mala y agarrar las llaves... Llegamos al hostel y buenas noches. Fue un tremendo día!

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