Pasaje del Buckfuckers Hostel... en la escala agarrando señal de WiFi para subir las cosas al Blog |
Tomamos las motos y partimos a tomar desayuno. La elección de hoy: Morning Food Market. Nos sentamos fuera de un puestito mosqueado donde la persona que atendía sólo tenía un pañito para la transición de área sucia a área "limpia"de su carito... recibía plata, cocinaba, etc. como todos acá. Estamos todos estables estomacalmente por lo que nos damos el lujo de tomar esta nueva aventura gourmet. Pedimos baguets (que son típicos acá y es lo que va quedando de tradición francesa, porque antes ésta era una colonia francesa). Algunos con cosas saladas (pollo + ensaladas, palta tomate, etc.) y otro por ahí con cosas dulces (nutella + banana). De acompañamiento unos shakes frutales de plátano, mango, piña, etc... los más osados con yoghurt en el shake, gracias. Mientras esperamos vemos cómo se posan las moscas sobre los baguetes aún no completos... las espantamos desde lejos y la sra. del carrito y su hija se sonríen como diciendo "seguro no hay moscas todo el día en esta comida que estamos preparando"... y las espantan, un poco.
Sobremesa corta, con ningún efecto inmediato post-desayuno. Pasamos a la oficina de información turística a ver bien por dónde es la cosa a la que vamos. Nos muestran amablemente y después nos tratan de vender el mapa que claramente para ellos es gratis porque esta lleno de publicidad alrededor. Carlos le saca en cara al informador turístico que es un fresco por querer vender un mapa gratuito y nos vamos indignados... total, ya sabemos por donde ir. Nos vamos de paseo en moto a las cascadas Kuang Si. Antes pasamos a llenar los estanques de bencina para no tener sorpresas en el camino. Son 32 Kms por recorrer y no sabemos qué es lo que nos espera. El camino con varias cosas que ver. Calle asfaltada, con algunos eventos pero bien, con varias curvas no terribles en un paisaje entre cerros. De vez en cuando se ve una que otra huerta pequeña-mediana para familias autosustentables o pequeños productores de los que vemos después en los mercados. Vamos abrigados porque el clima acá es más agradable que en Bangkok, y con el viento en la moto no nos queda más que ir bien protegidos. Van pasando los Kms y a unos 5 de la cascada vemos unos campos de arroz... ya pasaremos de vuelta a Luang Prabang. La carretera nos va haciendo la cuenta regresiva a nuestro destino final (porque a cada Km había un letrero con el nombre de la cascada y cuanto faltaba para llegar), hasta que llegamos.
Pagamos la entrada y antes de pasar la puerta vemos el cartel con las reglas a seguir para los visitantes a Laos, país:
1 - Respetar a los monjes, las mujeres no pueden tocarlos
2 - Cubrir hombros y rodillas en los templos
3 - No consumir drogas
4 - Apoyar a las villas entregando donaciones a los mayores
5 - No ser ruidoso, es ofensivo
6 - Preguntar antes de tomar fotos a las personas
7 - Andar en ropas minimas o sin polera es ofensivo
8 - Ayude a conservar la cultura (no subirse a los budas-construciones)
9 - No mostrar afecto publicamente
10 - Apoyar el desarrollo comprando productos locales
11 - Cuidar la higiene personal o prepárese para que se rían de ud.
12 - Rechace la compra de cualquier antiguedad: será multado
Wow... mucho que pensar. Mandamientos 5, 6, 8, 9 y 12... mejor ni hablar. El 10 vamos bien hasta ahora.
Entramos al parque de la cascada Kuang Si y lo primero que vemos es una zona de rescate, o cautiverio, de osos negros. Muchos osos y muy activos. Buena jaula, bien ambientada, bien. La alimentación de los osos es a las 12:30 así que en una de esas alcanzamos a verlo... son recién las 11.
Oso en posición de rezo al Buda de los osos. |
Llegamos a la base de la cascada principal... bien bonita la cosa. Mucha agua, enorme caída y bonito paisaje. Decidimos seguir por el sendero del trekking que solitos escogimos hacer para tratar de llegar a la parte más alta y ver la cascada desde arriba. Caminamos, caminamos y caminamos, y cada vez el camino era más difícil... la pendiente era más y el terreno como con fango seco nos hacía prever el futuro... "bajada de laja". Subimos hasta llegar a la parte más alta cansadísimos, sudando y pensando ¿dónde están las vacaciones? pero lo logramos.
Terreno fangoso seco, con pendiente que aquí claramente no se ve como de verdad era! |
Ya arriba de la cascada la corriente no era mucha. Para pasar al otro lado y usar la bajada senil teníamos que pasar por el agua. Nos equipamos con zapatos de agua, pero a la Nico se le habían quedado... la opción, unas Hawaianas. Empieza a cruzar por un terreno de fango tragón que hace que se hunda cada vez más y al sacar el pie la tierra se traga una de las Hawaianas. Por más que intentaron rescatarla fue imposible... la Hawaiana pasó a mejor vida y probablemente se fosilizará y será encontrada por futuras generaciones que dirán "¿y esas cosas usaban en los pies nuestros ancestros?"
La bajada por el otro lado definitivamente fue demasiado más fácil. Con zonas más planas y definidas, pendiente de baja complejidad y poco riesgo de muerte. Vegetación tupida igual, pero con más vistas a la caída de agua en el camino. Ya acercándonos nuevamente a la zona de la cascada encontramos una escalera claramente diseñada para que los visitantes típicos de Luang Prabang (gente mayor) puedan acceder a la cascada en la parte superior... bien pensado.
Ya al final de esa escala estaban los abuelitos de la caja de compensación de Luang Prabang almorzando... nos empieza la sonajera de tripas. Vamos primero a sacarnos fotos a la cascada, en su base mojándonos las patitas... buenas fotos, y a almorzar!. Fuimos a la cafetería oficial de la zona de la cascada y comimos baguetes y croisants. No hace tanto calor así que dudamos un poco meternos al agua. Buscamos un lugar donde el baño esté permitido y los primeros en entusiasmarse son nuestros machotes. Buscaron una famosa liana para colgarse y saltar al agua, pero no estaba ni la habíamos visto en toda nuestra escalada.
1, 2, 3, al agua!. Fotos y videos por millones saltando. las mujeres mirábamos pero con piel de pollo sentíamos cero ganas de saltar. Finalmente, pensando en que después no hacerlo podría ser una sensación de arrepentimiento de "pucha por qué no me metí?!", voy por mi traje de baño y al agua. Luego van la Barbi y la Nico... había que aprovechar el tremendo pique que nos habíamos pegado hasta allá!
Después de un rato el frío fue mucho y las fotos y videos suficientes. Hora de volver a la ciudad. Nos secamos, vestimos y abrigamos y empezamos a bajar hacia el estacionamiento, pero en el camino ¡sorpresa! la liana estaba ahí, en una piscina que no habíamos visto porque nuestro trekking nos desviaba por otro camino y no pasaba por ahí... los hombres se miran con cara de ¿qué hacemos? y finalmente aperran. Vale y Mati se vuelven a poner traje de baño y al agua!
4 saltos y a vestirse de nuevo. Hora de volver. Recorremos un poco el mercado de allá, compramos unos snacks locales (plátano, papas y otras cosas horneadas o fritas) y a las motos. En el camino pasamos al campo de arroz que habíamos visto a la ida y entramos cara de palo. Pudimos ver a personas trabajando en la zona, sembrando arroz, mientras nos tomábamos las fotos.
En el camino también pasamos por varios pueblitos donde la gente vive en el desorden... hacen todo en el suelo, tienen las mesas y cocinas fuera de sus casas y los negocios y minimarkets son un sin fin de cosas apiladas sin estantes... en su desorden encontrarán que está ordenado, pero para mí es un desastre local. También vemos muchos niños jugando fuera de sus casas al lado de la calle donde pasan y pasan motos, camiones, camionetas, tuc tucs y autos. No hay muchas leyes del tránsito pero la gente parece tranquila así... probablemente a pesar de todo los accidentes son algo poco frecuente. Vemos también en un lugar varias van de turistas que pararon en un conglomerado de casas locales. Hay una pelea de gallos en acción. Paramos las motos y llegan como si fuésemos imanes un montón de niños a pedirnos las cosas que teníamos: bebidas, comida, etc., entrenados para sacar algo de quienes paraban al lado de sus casas. Nos vamos de inmediato porque la situación es incómoda. A diferencia de las zonas anteriores donde pedir cosas a los turistas es el negocio, otras familias tienen sus huertas y venden sus verduras a la orilla de la calle como en la foto de aquí:
Ya llegando a Luang Prabang empieza a plagarse de motos para todos lados. La linea divisoria de las calles está casi de adorno. Llegamos al hostal y avisamos que nos quedaremos 3 noches más. También avisamos a los de las motos que las tendremos un día más.
Aprovechamos de ir al night market temprano para que no nos pille el cierre de mercado como todas las veces anteriores en los distintos lugares que hemos estado en el Sudeste. Con Carlos lo recorremos completo y decidimos dar el gran paso... nos compramos todo lo que nos gustó!! Ahora si que estamos fritos porque no tenemos donde llevar las cosas. Seguro pronto tendremos que hacer una encomienda.
Nos llama la atención que después de pagar cada cosa, golpean con los billetes las cosas de sus locales... Carlos pegunta y es un gesto para la buena suerte. Todos lo hacen!. Lo otro entretenido es la forma de regateo. La transmición de información y las ofertas son en una calculadora. Te ofrecen un precio, te bajas a la mitad, te suben harto, lo bajas a un poco más de la miad y generalmente queda por ahí. Algunas en algun momento del regateo te suben un poco y con un "please" te parten el corazón para que no puedas regatear más... fin del negociado.
Regateo con calculadora |
Nos encontramos con los demás ya muertos de hambre todos, vamos a dejar nuestras cosas y nos reencontramos con ellos para cruzar el puente... A pesar de que está lleno de bares y restaurants que se ven muy buenos en el lado tradicional de la península de Luang Prabang, ese camino luminoso nos llama como polillas a cruzar al otro lado. Pasamos el puente de bambu y por suerte nuestra reserva de ayer estaba ok. Nos pasan a la terraza privada y nos sentamos en los cojines en el suelo. Que buen lugar!. Pedimos lo que hemos estado soñando todo el día: Fondue. Para nuestra sorpresa, después de que llegan solo 2 copetes primero, nos llega todo el resto del pedido junto. No esta de mas contar que para nuestra terraza privada en la entrada teníamos que abandonar nuestros zapatos como se estila acá. La sorpresa más grande fue que el exquisito queso derretido que esperábamos en las fondues nunca llego. Lo que se usa acá es un brasero donde se pone una olla que en el centro tiene una elevación semicircular que hace de parrilla. Alrededor se pone un caldo que creemos es de pollo y luego se van poniendo los ingredientes de la sopa: huevo, verduras (champiñones, zanahorias, cebollin y otros), fideos de arroz y noodles. Mientras se cocina la sopa se asan las laminas tipo carpaccio de la carne que elegiste, antes engrasando con grasa de cerdo la superficie semicircular para que no se pegue (no es de teflon). Nos damos la torta comiendo, y al final rendidos nos echamos en nuestros asientos/cojines, rompiendo todas las reglas de las buenas costumbres, a conversar.
Finalmente pedimos la cuenta y nos vamos a dormir porque en Luang Prabang NO HAY VIDA NOCTURNA. Antes pasamos por un bar que nos dijo la Pili que podía satisfacer nuestras ganas de hacer algo más en la noche (Utopía), lo dejamos identificado para mañana volver...
Finalmente pedimos la cuenta y nos vamos a dormir porque en Luang Prabang NO HAY VIDA NOCTURNA. Antes pasamos por un bar que nos dijo la Pili que podía satisfacer nuestras ganas de hacer algo más en la noche (Utopía), lo dejamos identificado para mañana volver...
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