Nos separamos del Vale y la Nico (que volvieron a dormir) y fuimos al Morning Food Market. El panorama es casi para convertirse en vegetariano... Por un lado los vegetales y frutas bonitos multicolores con mujeres vendiendo en el suelo igual que cuando es mercado de chucherías en la noche, y por otro lado los animales vivos aún siendo torturados: corrales de paja repletos de gallos/gallinas cacareando y tratando de escapar (vimos a uno escapar y ser agarrado de una pata para volver a cazarlo), ranas vivas amarradas de una pata tratando de saltar lejos de ahí mientras a sus hermanas las cortaban en la misma mesa y las exponían muertas al lado, peces vivos en mini fuentes con agua o sobre la mesa tratando de "respirar" con un abre y cierre de boca mientras se ahogaban con el aire, etc. Nada muy apetecible.
Compramos unos tomates cherry para la tarde y nos vamos a tomar desayuno occidental. La elección es la cafetería JOMA a dos cuadras de nuestro cuchitril. Versión laoense del Starbucks... Pedimos un sándwich para Carlos y un pastelito para mi, más chocolate y cafe mocha fríos. Rico el desayuno. Volvemos al guesthouse a levantarnos ya sin volver a dormir.
Al final empezamos el día tarde. Antes de todo pasamos a reservar la minivan a Vang Vieng para dos días más... La Barbi le puso el gorro a sus perrhijos con un primo de estos lados...
Tipo 11 recién estábamos partiendo en las motos a las cuevas Pak Ou. 20 kms aprox en un camino más amigable que a las cascadas, pero con un final por camino de tierra más agotador. Llegamos allá con los traseros planos. Nos levantan una cuerda para evitar que pasemos en motos más allá (estrategia comercial para obligarnos a pasar por el mini mercado y pagar estacionamiento). No nos queda otra. Caminamos hasta la orilla del río donde tomamos un bote a mini motor por 10.000 kip cada uno y cruzamos al otro lado.
Al llegar allá nos esperan muchos peldaños. Aún estamos resentidos de la subida a la cascada de ayer pero no hay ascensor así que no hay opción. Llegamos a la cueva principal (que también es conocida como la cueva de los 4.000 budas) y nos damos cuenta el por que de su nombre... Esta llena de budas: budas grandes, chicos, más chicos, parados, sentados, acostados, con la mano así, así y así, etc. Personalmente encuentro que es la muestra religiosa más fea en la que he estado. Carlos me reta por el comentario pero en verdad es horroroso. Muy sobrecargado y con muy poco sentido... La gente ha ido dejando esos budas ahí de a poco por lo que la composición final difícilmente va a ser algo bonito.
Escalamos un poco más (por escaleras, claro) y llegamos a una cueva arriba donde hay que entrar con linterna. Nos prestan una linterna en la entrada (una alemana que cruzo con nosotros en el mismo bote) y usamos también el celular. Hay dos "altares" también cada uno con hartos budas. Fotos y de vuelta. Bajamos, algunos valientes pasan al baño asqueroso que además era pagado, y volvemos al bote. Volvemos a cruzar el río Mekong y nos quedamos un rato en el Restaurant tomando unas bebidas y cervezas antes de volver.
El camino de regreso es más corto (obviamente sólo en sensación) porque hacemos una parada en un pueblito donde tienen en cada casa un puesto con sedas y los telares en el mismo lugar... Pocos turistas pasan por aquí al parecer, ya que mientras estamos, que fue un buen rato, sólo pasa un grupo rapidito y se van. Cada señora vende lo que hace más algo traído de algún otro lugar al por mayor. Preguntamos cuanto demoran en hacer 1 tela de las que venden y nos dicen que 2 días de trabajo por tela... Y ahí es cuando te cuestionas el regateo... Lo dejan en 50.000 kip por seda (3.000 chilenos aprox.), por dos días de trabajo... Wow! Nos quedamos todo con una sola señora y logra vendernos 8 de sus sedas laoenses hand made por ella misma... Día de suerte! La venta del mes! Seguro las invita todas a un happy hour en la tarde. Calculamos cuánto fue su venta y nos damos cuenta de que son solamente 24 mil chilenos... Silencio en la sala.
Seguimos el camino y llegando a Luangprabang vemos a lo lejos un templo que desde el avión se veía genial, en la cima de un cerro. Andamos con las motos así que es ahora o nunca. Nos desviamos y pasamos al Wat...... (en la foto sale) . Ya arriba nos damos cuenta de que el templo tiene un "buen lejos" porque de cerca es más charcha que los otros que hay por ahí.
Nos vamos de vuelta a almorzar a Luangprabang, y nos tinca un Restaurant que en la primera vuelta en moto vimos que estaba lleno. Como son casi las 4 de la tarde esta vacío aún. Pedimos mesa para 6 y la complicación del mesero es máxima! Nula personalidad. Terminamos armando nosotros una mesa y empezamos los pedidos. No siquiera entiende "Diet Coke", "Light Coke" y todos sus denominaciones varias en distintos idiomas, por lo que el futuro es claro... Algo va a salir mal. Empiezan a llegar las bebidas, jugos y cervezas (de a uno) y luego los platos por goteo. Cuando sólo falta el de la Nico sorpresa! No es lo que pidió... Lo divertido de todo es que el pedido llego bien sólo que cuando llego el plato de Matías no era para el, ese era el de la Nico... y como había llegado de los primeros ya ni migas quedaban. Caos total! Fue como si les tiráramos una bomba emocional a los laoenses del lugar... Todos complicados decidimos plantearles la solución al tema: que trajeran de nuevo el plato que se había comido el Mati. Pagamos la cuenta (igual con buena propina y completa a pesar del error) y nos vamos. Devolvemos las motos y recuperamos el pasaporte de Carlos. Estaba en perfectas condiciones.
Pasamos un rato en el guesthouse y luego fuimos por más! Queríamos vida nocturna (...9.30 PM). Salimos todos menos el Vale que se quedo descansando. Pasamos por el Night Market a una compra pendiente de la Barbi, luego nos vamos a la zona de bares a orillas del río Nam Khan y vamos a uno que nos tinco el primer día: "Lao Lao Garden". Con los top 100 del Billboard sonando de fondo nos sentimos como carreteado en Vitacura pero con un ambiente más rico: árboles, mesas de madera como troncos, una fogata, etc. Pedimos unos copetes que llegan de a uno pero bien rápido así que no hay mucho tiempo muerto entremedio, y nos entretenemos leyendo la carta... Ojos bien abiertos: aquí esta la explicación a TODOS nuestros problemas en Laos:
- La comida se comparte y se sirve a medida que van saliendo los platos, así cuando cada plato llega se comparte y luego el otro, otro, etc (por eso hoy cuando llego el plato de la Nico y se lo pasaron a Mati el error fue nuestro por no usar el sistema de compartir)
- Los dueños de locales a las 23.30 deben cerrar porque a las 00.00 hay una especie de toque de queda que ha sido sobrepasado por los turistas (ahí es flexible), pero a ellos los multan... Por eso no hay vida nocturna.
- Las ofrendas de comida a los monjes esta pensado en locales y no para el turismo porque se chacrea la cosa y se convierte en una explotación comercial del ritual por las señoras que venden la comida a los turistas... Ese arroz ellos no se lo comen (o sea lo de la mañana, puros condoros).
Y así, más cosas... Somos los peores. Aún nos quedan unos días en Laos así que aun podemos tratar de ser mejores personas. También aparecen advertencias como las penas por consumo de drogas, tanto para los dealers como para consumidores con hasta penas de muerte y fianzas enormes, con policías civiles encubiertos y cosas así.
Estamos hasta más o menos las 11.30 Y nos vamos al guesthouse. Con Carlos llevamos casi 19 horas despiertos así que buenas noches y mañana a disfrutar el día libre.
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