viernes, 8 de marzo de 2013

DIA 48: INGLATERRA POR UN RATO - STONEHENGE & OXFORD

Aterrizamos después del vuelo nro.20 del viaje. Como tenemos las maletas chequeadas hasta Santiago estamos libres para pasar las próximas 12 horas paseando y volver a chequearnos para el próximo vuelo. Salimos del aeropuerto para esperar el transfer a Avis para ir a buscar el auto que tenemos reservado por el día. Se demora un poco y empezamos a sentir el frío del invierno europeo, algo impensado para nuestras vacaciones hasta ahora (eso sin considerar los extremos fríos de los malls y lugares con A/C que pasamos a veces).


Esperando el transfer a Avis en el aeropuerto Heathrow, sintiendo el único día invernal de las vacaciones.


Llega el transfer y nos vamos a Avis. Hacemos todo el tramite y resulta muy simple, tanto que la licencia internacional que saco Carlos antes de venir resulta no ser necesaria y con el piruja carnet de conducir Chileno te pasan el auto igual... bueno saberlo para una próxima vez. Al final con seguros y todo el auto nos salió casi como 3 días en Tailandia pero ya estamos aquí así que nada que hacer. Finalmente nos vamos con un VW Beatle gris casi nuevo, automático y obviamente con el volante al otro lado porque acá se maneja al revés.


Carlos listo para manejar por el otro lado en Inglaterra.


Pusimos en el GPS un aprox. hacia Stonehenge y partimos. El camino invernal a más no poder, con neblina y de vez en cuando algo de lluvia, pero expedito y la carretera impecable.


Neblina típica de la zona

¡Sequisimo! manejando sin problemas por el otro lado.


Llegamos a Stonehenge a las 8.30 (esta igual a como lo recordaba cuando vine hace 4 años con la Jani, en realidad esta igual hace casi 3000 años) y el guardia nos pregunta qué nos trae por aquí ¿no es obvio acaso? La cosa es que nos dice que a las 9 recién abren el estacionamiento y a las 9.30 las puertas para entrar. Para matar el tiempo vamos a un pueblo cercano, Ausbury, al que la palabra "pueblo" le queda un poco grande. Nos estacionamos (difícil misión manejando al otro lado) y entramos a una cafetería muy hogareña a tomar un chocolate caliente que estuvo exquisito! Con crema para mi y con crema, y marshmallows para Carlos.


Tomando chocolate caliente en Ausbury


Ya cerca de las 9.30 nos fuimos de nuevo a Stonehenge, estacionamos y esperamos un par de minutos a que abran. Sólo hay 3 personas más y tampoco esta llegando gente así que tenemos el parque casi para nosotros. Escuchamos la audio-guía número por número y nos enteramos de la historia del lugar. Entremedio sacamos varias fotos a pesar de la lluvia y exponiendo a la muerte a nuestra cámara, pero no importa... Es necesario :)


Prácticamente solos en Stonehenge antes de la llegada de millones de turistas en buses



Godzilla en Stonehenge

Saltando sobre Stonehenge




Mojando la cámara sin piedad


Después de algo así como una hora, y ya habiendo dado la vuelta entera en circulo a las piedras, volvemos a devolver la audio-guía, pasamos un rato a la tienda de souvenirs y nos vamos al auto a seguir el paseo. Partimos camino a Oxford y en la carretera llovía bastante así que estamos seguros de que llegando allá tendremos una estadía empapados. En un servicentro paramos a comprar unas bebidas y unos tomates cherry que estaban geniales para el camino que quedaba.


Lluvia y neblina en el camino


Llegamos a Oxford por una calle un poco fea y en silencio cada uno se desilusiona del lugar, hasta que llegamos a la parte de postales... Tal como se ve en las fotos se levantan frente a nosotros muchos edificios milenarios de tipo medieval con detalles en las paredes, ventanas, etc. Aparecen algunas torres más altas terminadas en punta o cuadradas, y harta gente caminando, predominantemente jóvenes con pinta de universitarios. Damos una vuelta por calles principales y algunas más chicas entremedio de los edificios, y nos estacionamos en un parking público. Caminamos bajo la lluvia con nuestras chaquetas northface same same de Vietnam que funcionan bien contra el agua. Nos metemos por callejones que aparecen en plazas con más entradas a distintas facultades de la Universidad de Oxford, y pasajes más angostos que llevan a algunos bares ocultos que tienen más de 500 años. Lo entretenido es que a pesar de no tener guía turística ni información alguna, la ciudad esta preparada con mapas y reseñas de los edificios cada cierto rato que ayudan a saber donde estas y qué estas viendo. Vemos también varios grupos de escolares visitando las facultades, nos imaginamos que para motivarlos para que les vaya bien y puedan estudiar acá.


Caminando por High Street

¡Lluvia! (y nuestras chaquetas Northface same same de Vietnam aperrando perfecto)

Radcliffe camera

Callejón que lleva a lugares misteriosos usados por los estudiantes de Oxford

Puente de los suspiros (Bridge of Sighs)


Despues de caminar harto rato pasamos por el mercado central que es un giro de 180 grados comparado a los que vimos en Asia... aquí todo esta refrigerado, limpio y sin una mosca volando en el lugar. Atravesamos el mercado y salimos a la calle principal, así que aprovechamos el lugar para ir a almorzar a una taverna antigua con techo con vigas al frente de la salida del mercado. Pedimos comida inglesa (Fish & chips y cerdo con puré y una salsa de mostaza), y nos quedamos un rato ahí. Saliendo, caminamos al castillo de Oxford que esta convertido en un patio de comida con restaurantes caros, pasamos por la biblioteca de Oxford y después ya camino de vuelta por High Street considerando que aunque nos queda harto rato para llegar a Londres puede que haya taco por la lluvia y porque es viernes, y como en cualquier otro lugar del mundo la gente puede querer irse de fin de semana a algún otro lugar.


Saint Aldate's St.

Calles en Oxford

Brasenose College, y a la derecha la Iglesia Virgen Santa Maria


Puente Sta Magdalena


Menosmal que nos fuimos antes porque el camino de vuelta fue el doble por un par de accidentes en el camino que al igual que en Chile hacen que la gente pase leeeento para mirar morbosamente lo que pasó. Llegamos justo a tiempo para echar bencina y devolver el auto.




Cuando llegamos al aeropuerto nuestro número de reserva no aparecía y al tipo le costó dar con nuestra reserva hasta que lo logró (casi nos quedamos en Londres!). Vamos a la sala de espera para embarcar y cerca de la hora nos asignan la puerta de embarque. Nos subimos y despegamos entre nubes y lluvia pero con un piloto un poco mejor que los asiáticos que hizo que el avión casi no se moviera.

Y así llega al fin el definitivamente último día del viaje, porque mañana Chile nos espera...

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