lunes, 4 de marzo de 2013

DIA 44: LOS TEMPLOS DE BAGAN EN BICICLETA

Bienvenidos a Bagan… lejos el lugar más atípico y sensacional que conocimos en el viaje. La verdad estar aquí te llena de una manera diferente porque sientes la enormidad de un mundo que existió y tuvo un auge tremendo con miles de templos por todos lados (hay más de 3.000 templos y monumentos en el área) y que ahora está convertido en una tierra donde las oportunidades están muy lejos de ser reales para quienes viven acá.

Nos levantamos temprano para tomar desayuno. Como nuestro hotel es genial el desayuno también lo fue. Cuando terminamos vamos a la pieza a buscar nuestras cosas y nos preparamos para un gran día de recorrido. Salimos del hotel y arrendamos las bicicletas con un guardia que nos había ofrecido tenerlas para hoy… 2 bicicletas de paseo de una sola velocidad con canasto para llevar las cosas. Al comienzo nos cuesta darnos cuenta por que lado de la calle andar, aquí los autos circulan por la derecha, como en Chile, pero tienen el volante al otro lado!!!!, como los países británicos.


Después del desayuno de campeones


Empezamos el recorrido por el camino principal asfaltado con el objetivo de llegar al pueblo de Nyaung-U (Nyaung-oo) al mercado y devolvernos recorriendo los templos de esta avenida principal. Salimos por la Tha-ra-ba gate (puerta de la zona amurallada de Old Bagan) y nos encontramos con un letrero ideal para tomarnos una foto introductoria del lugar… con letras amarillas y fondo rojo “Bagan” en letras occidentales y de Myanmar. Mientras Carlos instala la cámara con el trípode para salir los dos en la foto vemos que viene una fila de monjes con sus ollas a recolectar comida. Son casi las 9 de la mañana, así que nos da la sensación de que aquí no madrugan tanto como en Luang Prabang para la acción de “morning souls”. Cruzan la calle y le dan de reojo una mirada a Carlos (como seguimos siendo pocos turistas por acá donde estemos miran lo que hacemos). Antes de que nos tomáramos la foto un par de niños locales se acercan a mí y me ofrecen postales para comprar... distinto a todos los demás que nos han ofrecido, esta vez las postales eran algo muy tierno que te aprieta el corazón, porque despliegan el set para mostrarlas y ves que son dibujos hechos por ellos con lápices de colores...


Tha-ra-ba Gate



Niño monje mirando de rojo qué hacía Carlos con la cámara



Aunque el objetivo principal era llegar al pueblo Nyaung-U y devolvernos aprovechamos de parar en un montón de templos que nos parecen interesantes, pero que nunca supimos el nombre porque en el mapa ni siquiera aparecen como si fueran importantes... así de lleno de templos está aquí. Nos metemos por un camino de tierra con bancos de arena un poco más profunda a ratos que hacen más difícil maniobrar pero nada imposible (aún). Dejamos las bicis con seguro y nos vamos a recorrer un poco. Vemos un local pasando en carreta con sus bueyes y unas señoras de acá con una especie de turbantes que habíamos visto ya en el restaurant local ayer. Llevan niños en brazos y se acercan a pedir que les demos algo. 



Llegando en bici al templo



Seguimos el recorrido en las bicis haciéndole el quite a las personas que se acercan a pedir y ofrecer vender lo que sea que tengan de la forma más insistente posible. El "no, gracias" no funciona y el "no, gracias, no me gusta" que funcionaba en Camboya aquí no les hace ni cosquillas. Quizás en tiempos de temporada alta de turismo hay más gente y les es más fácil vender pero en muchos momentos con Carlos nos sentimos solos turisteando por acá (porque es muy grande el lugar), así que ellos tratan de hacer lo imposible por lograr ganar algo de dinero. Nos vamos por un sendero interno que parece llegar a uno de los templos grandotes que hay por aquí: Hti-lo-min-lo. En el camino paramos en una construcción cuadrada (a la derecha en la foto que viene) y una niñita local llega acompañando a unos turistas. Pensamos que andaba de guía pero sólo venía guiándolos al lugar. Nos muestra también a nosotros que podemos subir al techo de la construcción y desde ahí tenemos la primera vista panorámica de la zona (aunque más bajo que lo que estaríamos después en otro templo)... es increible la cantidad de pagodas que hay, puntas apuntando el cielo por todos lados de diferentes tamaños unas al lado de otras en grupos y a veces solas, algunas con recubrimientos dorados, otras rojas, otras blancas... wow!.


Con el templo Hti-lo-min-lo de fondo


La niña nos cuenta un poco de los templos y aprovecho de preguntarle qué hace ella... me cuenta que esta en la universidad estudiando para ser profesora y que esto no lo hace por dinero (explicar) sino que para ofrecer que te acerques al puesto donde su familia vende artesanías. Bajamos y vemos que es posible llegar al templo Hti-lo-min-lo en bicicletas sin volver al camino principal (igual está lleno de ramas y pinchos que se pegan a la ropa, así que es para ir caminando con la bici al lado nomás). Cuando llegamos preguntamos y nos dejan entrarlas (la gente que estaba en sus puestos ahí vendiendo, claro, los guardias que encontramos después no nos dejaron tenerlas ahí jaja). La niña que había estado con nosotros nos muestra el puesto de artesanías pero Carlos sólo se compra un Coco para tomar agua y seguimos el recorrido. Poco vemos del templo porque nos acosan demasiado tratando de vendernos cosas, además los guardias nos piden que saquemos las bicicletas y aprovechamos de arrancar junto con ellas de la insistencia de los locales. Después de esto decidimos no arrancar de nuevo porque la idea es ver las cosas y no andar corriendo porque te acosen (asumir que es parte del tema).

Camino al mercado vamos viendo al pasar mujeres llevando cosas en la cabeza, niños jugando en la tierra y uno que otro pasaje de casas locales que salen de la avenida principal. Todo es tierra en este lugar y cuando menos lo esperas pasa un bus o una minivan y levantan todo el polvo posible que hace imposible mantener limpio algo... y así viven todos los días...


Monje caminando, y atrás una calle que sale de la avenida principal con todo el aspecto rural que caracteriza a Bagan donde solo las grandes "avenidas" están asfaltadas.


Vamos entrando al pueblo de Nyaung U y se nota porque hay mucho más tráfico de personas. paramos en una farmacia a abastecernos de cosas para el resfrío, que ya estamos por fin controlando, y seguimos hasta el mercado. Estacionamos las bicicletas y vamos a recorrer. Pocos puestos de artesanías (que te acosan, obvio) y luego muchos puestos para que los locales compren lo que sea en el lugar. Vitrineamos y compramos cosas bastante bonitas y a buen precio, y por primera vez en el día nos piropean y nos dicen que nos parecemos a la gente de acá... cuando hacen eso se tocan la piel de las caras y asumimos que es por nuestro color actual de pieles "beautiful people" y sonríen...  


Niño comiendo sólo mientras su mamá trabaja cosiendo algo para la venta en el mercado. 

Carnicería del mercado

Una de las pocas viejitas que vimos en el mercado, haciendo trueque con otras tiendas. Vimos a pocas personas de edad, lo que nos hace pensar que la esperanza de vida debe ser baja aquí. 

Carlos caminando hacia el estacionamiento de motos/bicicletas a orillas del mercado de Nyaung-U


Tomamos las bicicletas (ya tipo 11:30 AM) y vamos por el camino de vuelta al hotel para ir recorriendo los templos que están por ahí, como nos habíamos propuesto en un principio. Llegamos por una calle lateral de tierra a Shwe-zi-gon Paya (en el camino vemos casas y negocios locales con cero destino turístico asociado, niños jugando y mujeres trabajando). Dejamos nuestras hawaianas afuera (porque acá obviamente no puedes entrar con zapatos a los templos ni con calcetines, además de tener que taparte hombros y rodillas), y entramos. Pasamos por un pasillo con gente vendiendo cosas y recibimos el segundo piropeo del día y nos vuelven a decir que nos parecemos a le gente de acá (pensamos por un segundo postular a algún cargo público y quedarnos acá pero rechazamos la idea porque vivir acá seguro debe ser terrible...).

El templo es grandote y adentro vemos mucha gente rezando. Nos encontramos con los españoles que venían en el avión ayer con nosotros y ahí es cuando nos enteramos que su vuelo en globo se canceló por el mal tiempo y reconfirmamos que será imposible volar como habíamos pensado porque definitivamente no están volando en esta época. Vemos algunos monjes y recorremos el templo sorprendidos de que hayan elegido estratégicamente un tipo de piedra blanca, que no se calienta, para construir el sendero que va alrededor de la pagoda principal, porque el resto de baldosas de piedra y cemento están hirviendo con el sol!!! 


Shwe-zi-gon Paya

Un monje turista sacándole una foto a un Buda.


Hace demasiado calor así que decidimos irnos a la piscina del hotel. Apuramos motores (nuestras piernas pedaleando rápido nomás), y aprovechamos de pasar rapidito por U-pali-thein y Min-myaw-yaza que están al lado derecho del camino. Cuando llegamos a nuestra pieza tiramos nuestras cosas y nos ponemos traje de baño para ir directo a un chapuzón refrescante y después a almorzar. Comemos a orillas del río Aye Yarwaad viendo a los barquitos pasar, y después aprovechamos de echarnos un rato mientras pasa el máximo calor de la tarde.

Salimos de nuevo tipo 3 PM a seguir recorriendo otros templos. La primera parada es Ananda Pagoda donde aprovechamos de hacer un poco de prevención para salud bucal regalándole un cepillo a un niño que trató antes de vendernos unas postales, y se va feliz con su regalo. Entramos a la pagoda y después de dar la vuelta completa por dentro y ver los muchos budas que tiene, seguimos el camino hacia la calle principal para tomar esta vez la calle Anawrahta Rd. (aunque re poco anduvimos por la calle porque el camino hacia los templos fue casi pura tierra).


Regalito odontológico 
En Ananda Pagoda


El primer desvío por la tierra es al templo Shwe-san-daw Paya que tiene permitido subir. La vista es espectacular así que aprovechamos de sacar y sacarnos hartas fotos... pensamos que el atardecer podría ser bonito desde acá, pero el objetivo de hoy es otro y queda harto rato todavía para el atardecer.


Shwe-san-daw Paya

Shwe-san-daw Paya

Vista desde Shwe-san-daw Paya


Bajamos a tomar las bicicletas y nos desviamos del camino que va al templo más grande de Bagan (Dhamma-yan-gyi Temple) para poder llegar más lejos aún aprovechando que queda harto rato y volver eventualmente a ese templo a ver el atardecer como recomiendan en algunas guías turísticas locales. 

Llegamos a Su-la-ma-ni Pahte después de un sendero cada vez más pesado (porque además estamos más cansados). Recorremos por dentro y vemos que tiene varios murales pintados que con la luz de la hora en la que estamos se ven muy bonitos.


Su-la-ma-ni Pahte

Su-la-ma-ni Pahte


Cuando salimos de aquí teníamos dos opciones para ver el atardecer: volver al templo que habíamos dejado pendiente en el camino (Dhamma-yan-gyi Temple) o seguir por el camino de tierra hacia Pya-tha-da Pagoda que en el mapa se veía a una distancia más o menos considerable... El trato fue el siguiente: considerando que la bicicleta NO es mi deporte, si el camino estaba muy difícil o imposible nos devolveríamos. Ya en el camino la cosa se puso peludísima porque una de las rutas elegidas era casi un pantano de arena movediza seca que no dejaba avanzar... renuncio! Carlos encontró otra ruta y esa parecía más fácil. Ya llevábamos todo el día leseando con las bicis así que cuando se puso más peluda la cosa le dije que de vuelta me trajera la bici mientras yo caminaba y así quedamos! No digamos que fue un paseo muy feliz para mí pero al fin y al cabo llegamos igual a la pagoda... eeee!!




Como era de esperar, estaba lleno de gente (claro, si la recomendación dice que el atardecer se debe ver AQUI!). Dejamos las bicicletas y subimos al templo a tomar posiciones. La mayoría de la gente (o casi toda en verdad) estaban amontonados en el piso de arriba, y el que seguía sólo 2 metros más abajo estaba casi vacío. Aprovechamos de sacar fotos ahí e instalarnos para ver la puesta de Sol... el panorama espectacular (a pesar de que hace un rato había llovido un poco las nubes ya se habían ido bien lejos y sólo quedaba un bonito atardecer frente a nosotros.




Instalando el equipo audiovisual






Se esconde el sol y hay que correr para volver porque estamos súper lejos del hotel. Hacemos una cola para bajar del templo (porque la subida es una vía unica donde caben dos personas flacas al lado o una sola bien para bajar) y la gente, que era harta, se agolpa en la entrada a la puerta de la escalera así que hay que meterse como sea!. Una vez abajo rescatamos nuestras hawaianas y empezamos el regreso... y como promesas son promesas, la parte difícil para mí fue caminando y el traslado de la bici con ayuda =)


Gracias amor!


El camino nocturno después de eso era del terror, porque cada cierto rato pasaban autos o buses y quedaba todo empolvado! Se iba oscureciendo cada vez más hasta que por fin llegamos a la calle pavimentada! (Freddy turbina estaría orgulloso de mí andando en bicicleta jajaja).

Paramos en el templo Gaw-Daw Palin que está al lado de nuestro hotel y en la noche iluminan hasta bien tarde, a comprar agua y aprovechar de sacar unas fotos. Una niña se nos acerca a vendernos postales y Carlos nos toma una foto para el recuerdo... su cara pintada con Teraba, ese barro que usan acá para proteger la piel, que se vea más lisa y tersa y tener buen aroma.





Llegamos a tirarnos un piscinazo y al tiro a ducharnos antes de seguir enfermándonos. Como cierran temprano los negocios pensamos ir al tiro a comer. Habíamos dejado hablado con La Le (el mismo que nos llevó ayer en carreta al restaurante) para que hoy nos llevara de nuevo así que cuando salimos estaba esperándonos. Nos subimos a su carruaje y le pedimos que nos lleve a un restaurante recomendado en el Lonely Planet (The Moon, Be Kind to Animals, vegetariano). No tenemos tanta hambre así que vamos por unas ensaladas y aprovechamos de comer la sopa de calabaza con jengibre. Nos tomamos como 5 jugos entre los dos porque después del día intenso estamos deshidratados. Cuando salimos La Le no estaba esperándonos como decía el trato! Así que lo esperamos 10 minutos caminando que de repente se convierten en 15 y ya cuando son 20 decidimos empezar a caminar de vuelta a la casa o tomar cualquier cosa que nos lleve al hotel... en eso aparece apuradísimo y nos cuenta que había aprovechado de ir a comer... Carlos, serio, lo reta y nos vamos bastante en silencio de vuelta al hotel... pobrecito! Sorpresa para él cuando al final le pagamos igual lo que habíamos acordado (porque nos dio pena) y agradecido se despide de nosotros y nos desea buenas noches.

Nos vamos a dormir bastante temprano aunque nos quedamos viendo tele un buen rato. Se acaba el primer día deportivo en Bagan con algo así como 7 litros de agua tomado entre los dos y contando...

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