jueves, 31 de enero de 2013

DIA 12: LUANG PRABANG A ELECCIÓN

Último día en Luang Prabang y es tiempo de pasar un rato solitos en pareja. Nos despertamos temprano para ir a ver a los monjes pasar a las 7 AM pero una lluvia torrencial nos hace repensar la idea y descartarla. Dormimos un rato más y tipo 11.30 salimos a pasear.

Ya no tenemos motos así que a pie por la ciudad pasamos al templo que esta frente a nuestra calle del guesthouse. No llueve más así que los monjes del templo limpian las escalas del agua que dejo la lluvia. La construcción moderna con una torre antigua al lado es bonita, con dibujos dorados pintados en pilares negros. Nos vamos a seguir caminando y de desayuno compramos unos queques (de coco y calabaza). Vemos el museo y el templo al lado de él y luego seguimos nuestro camino.


Vista desde el Templo hacia la calle de nuestro Guesthouse 

Calle principal en Luang Prabang. Muchos monjes camino a sus templos

Templo en el Museo


Pasamos por el lado del templo en el Phousy Hill que se recomenda visitar al atardecer por la altura y vista que ofrece, pero nos da lata esperar hasta la tarde, además porque como es recomendación del Lonely Planet probablemente a esa hora va a estar llenísimo y por muy atardecer lindo que se vea no es disfrutable. Subimos los aprox 350 escalones y llegamos arriba. Había un claro de sol así que pudimos ver con mucha luz Luang Prabang. Tomamos fotos panorámicas, vimos el templo y empezamos el descenso por el otro lado. Nos encontramos con algunos monjes que andaban por ahí disfrutando un rato libre, vimos la huella del pie de Buda y entramos a una cueva con más budas... Budas parados, sentados y acostados, budas budas budas.


Escalones escalones y más escalones

Vista de Luang Prabang desde la cima del Phousy Hill

Mariposa gigante en el Phousy Hill


Monjes en tiempo libre en el Phousy Hill

Muchos budas budas y más budas


Ya abajo caminamos por el lado del río Nam Khan buscando el Restaurant top choice de Lonely Planet y esta vez no nos equivocamos. Nos sentamos en la terraza del "Tamarind" y vemos la carta. Igual que anoche aparecen muchos tips acerca de la comida y la vida en Laos. Esta vez le hacemos caso y decidimos compartir un set menú con una selección de los platos más top de ellos. Nos atiende el más canchero de los meseros que existen en Luang Prabang, con diferencias abismantes comparado con los otros que nos han tocado. Llegan primero las cosas para tomar y luego los platos en orden! la entrada y luego los platos de fondo de muestra. Exceso de lemongrass para la comida (tipico de acá) pero bien probarlo. Buena cocina, buena presentación, la recomendación estuvo ok. Comemos con la mano (con 3 dedos) al más puro Lao's Style. Llega después el postre y finalmente el café y té al mismo tiempo... completamente recomendable. Dejamos un mensajito en el libro de visitas y seguimos nuestra caminata por la península.





Vemos más que todas las veces anteriores muchos monjes en hora libre paseando, conversando, etc. Con sus túnicas naranjas fluor dan un caché bonito al panorama de Luang Prabang. Llegamos al templo más recomendado: Wat Xieng Thong. Estaba en remodelación en algunas zonas por lo que vemos algunos monjes trabajando. Esta ahí también una pared con un mosaico brillante que representa el árbol de la vida, y el carro que hace de carruaje fúnebre real.





Seguimos nuestra travesía caminando por el centro buscando más artesanías de buena calidad. Compramos un par de cosas más y decidimos ir a dejarlas al guesthouse para después ir a disfrutar el atardecer... La elección: el río Mekong. Desde qué llegamos tenía ganas de pasar un rato ahí a esa hora porque después del lindo paisaje que pase a toda velocidad para la foto del primer día, daban ganas de disfrutarlo con tranquilidad. Nos sentamos en un bar terraza en la orilla cuando quedan algo así como 20 minutos de sol. Nos pasan la carta (bien artesanal con fotocopias de una escritura a mano) y para nuestra confusión aparecen los alcoholes en un lado con su precios (vodka, ron, whisky, etc.) y en otro bebidas y jugos... Teníamos perdida la hoja de los cocktails. Llega la niña a tomar el pedido y le preguntamos "cocktails?" Y nos responde "Coke light?"... Cueeeeeec! Jaja. La pareja que estaba en la mesa del lado nos dice de inmediato que nunca les entendió la misma pregunta y optaron por armarlos ellos. Pedimos entonces un ron y un par de jugos naturales y nos hacemos el mix nosotros... Bien bueno nos quedo. La vista es espectacular y el panorama entretenido. Hartos botes que al parecer son los que hacen tours a cosas por el Mekong, gente pescando en bote o a pie, con caña o redes, un par de turistas bañándose en el río y un grupo de 5 niños jugando saltando y gritando también en el agua. Vemos de repente que de los botes tiran la basura al río y luego de eso cómo se esparcen las bolsas plásticas por el agua... feo, pero el atardecer sigue siendo bakan.



Atardecer en el Mekong


Aparecen las primeras estrellas y nos vamos a nuestra próxima misión: últimas compras y a comer al Night Food Market. Nos encontramos antes de ir a comer con Mati y la Barbi así que vamos juntos a la misión. Callejón de parrillas y mesas lleno de gente. El concepto es recibir un plato ovalado donde puedes echar TODO lo que quepa por 10.000 kips (600 pesos chilenos), y las carnes y bebidas aparte (una vara con 3 alas de pollo x otros 10.000, o un pescado entero grande misma cosa). Con los platos listos nos llevan a un sector de mesas donde después nos traen las cervezas. Hay 3 personas más ahí... Un oriental que habla y habla y otros dos occidentales que escuchan "con agrado". La comida es interminable... En verdad cabían muchas cosas en el plato (no comemos carnes porque con lo que hay es suficiente). Se van los dos occidentales y nos pescan con redes... El oriental, de Korea, nos empieza a hablar... Y habla, habla, habla... Nos cuenta de historia y nos explica geografía como si fuéramos unos macacos ignorantes. Nos pregunta por nuestro viaje y nos recomienda cosas para ir (otros lugares) y cuando le explicamos de nuestro itinerario rígido no escucha y dale con la idea. Lo único que nos queda claro es que a como de lugar debemos ir a la isla Kappa cuando estemos en Halong bay y no dejar que el barco haga "buuuuuuup" se de la vuelta y se vaya... "Stay in kappa one Night" (después de 10 veces a nadie podía quedarle dudas de la recomendación). Nos piden amablemente que dejemos el lugar para los próximos glotones y nos volvemos a separar.





Vamos al guesthouse a dejar las cosas listas para la salida de mañana y nos vamos con Carlos al famoso bar Utopía. Llegamos al bar y estaba bastante lleno. Nos sentamos en una mesa redonda afuera con sillas tipo pisos redondos alrededor. Es entretenido el ambiente pero el Garden de ayer era mejor. También se escuchan los Billboard de fondo y el ambiente es claramente occidental. Nos imaginamos que de día con la vista al río Nam Khan debe ser bonito también. Tomamos algo y nos vamos al guesthouse... Otro largo día se acabó.


Utopia Bar

Noticias de los demás para este día libre:


Mati y Barbie: 
Por Bárbara Lanis

No tan temprano como de costumbre, tipo 11:00 tomamos desayuno en Bakery algo... Los platos fueron más limpios que el resto de los desayunos. En el mismo lugar desayunaban Vale y Luba, como este era el día libre, nos sentamos en mesas separadas, siempre tratando de evitarlos jajaja, pero cerca. Nos costó decidir que hacer, teníamos planeadas unas cascadas, pero esa mañana había llovido y el día no estaba para baños. Recorrimos la montaña Pussy jajaja y por fin optamos arrendar moto (ya que la bici le quedaba grande a la Barbi).... Ya en moto fuimos a una reserva de agua llamada WET... típicas casas chinas, palafitos en el agua, mucha pobreza.... si ahí no nos pegamos la malaria tenemos suerte. Luego nos dirigimos al pueblito de la seda, Bat Xieng Thong, vimos el atardecer en el Mekong, comimos muchos quequitos (Mati fanático) en una pastelería y nos hicimos un masaje al estilo LAO espectacular, en el cual un 80% del masaje era en las nalgas del Mati. Por último fuimos al Night Market, nos encontramos con el Carlos y la Andre... rompimos el día libre comiendo un plato monstruoso en el Food Market por solo $600 pesos chilenos y compartiendo con un Koreano que nos habló hasta más no poder.... finalmente nos echaron del lugar para poder usar la mesa. Nuestro día terminó a las 22:00 hrs, yendo a dormir al hostal. 


Nico y Vale:
Por Nicole Lubascher

Por fin un día para dormir hasta más tarde... Día romántico, un día para disfrutar en pareja. Con el Vale despertamos tipo 10  y fuimos a desayunar a un café estilo francés donde nos encontramos con Matías y la Barbie. Luego decidimos arrendar bicicletas y fuimos al pueblo de Bhan Phanom a las afueras de Luang Prabang  conocido por sus sedas. Después de nuestro paseo fuimos a los templos de 
Wat Xieng Thong y a el Phousy Temple que quedaba literalmente en la punta del cerro (228 escalones). Lo más emocionante del día fue nuestra clase de cocina donde aprendimos a cocinar 4 platos típicos de Laos y tuvimos la oportunidad de cocinar 2 por nuestra cuenta. Los ingredientes estrella son Banana flower (un fruto típico), Lemongrass y Coconut Milk.
Para la noche dejamos la parte más romántica del día. Fuimos al pub de moda, el único de todo Luang Prabang donde se podía encontrar más gente de nuestra edad, el Bar Utopía. Muy bien decorado y con un ambiente totalmente taquilla. Carlos y la Andre también estaban ahí pero como se trababa  de un día de parejas decidimos mantenernos al margen y disfrutar de nuestra cita. Finalmente volvimos al hostal a dormir después de un largo día.

miércoles, 30 de enero de 2013

DÍA 11: OFRENDAS A LOS MONJES & CUEVAS

5 AM y suena el despertador. Hoy iremos al ritual de alimentar las almas dando comida a los monjes que pasarán por la calle recibiendo las ofrendas de los devotos. Ropa sobre el pijama y a buscar la locación perfecta para fotos. Caminamos mientras el cielo todavía estaba oscuro por la calle donde supuestamente habrían millones de turistas listos para el gran momento. Pamplinas... Éramos los únicos. La única pista que teníamos era que unas señoras nos querían vender comida para darle a los monjes. De a poco empezó a llegar gente, pero nos dábamos cuenta de que la hora de referencia que teníamos para el paso de los monjes (5.30 AM) no era la real... 5.30... 6.00... 6.30... Nada! Empezaron a llegar vans con turistas y grupos con guía en que en algunos casos les explicaban bien el ritual como era para hacerlo bien. Entre los 4 (con el Vale y la Nico) teníamos 2 termos de paja con arroz que le compramos a una señora. De repente a lo lejos vemos el flúor de las túnicas naranjas de los monjes... Todos van tomando posición en la calle para la pasada. Pasan varios grupos ¡muchos monjes! Y fin del ritual. Más adelante sabríamos que como turistas es mejor abstenerse del ritual ya que con el tiempo ha perdido el sentido real por convertirse en un momento fotográfico.






Nos separamos del Vale y la Nico (que volvieron a dormir) y fuimos al Morning Food Market. El panorama es casi para convertirse en vegetariano... Por un lado los vegetales y frutas bonitos multicolores con mujeres vendiendo en el suelo igual que cuando es mercado de chucherías en la noche, y por otro lado los animales vivos aún siendo torturados: corrales de paja repletos de gallos/gallinas cacareando y tratando de escapar (vimos a uno escapar y ser agarrado de una pata para volver a cazarlo), ranas vivas amarradas de una pata tratando de saltar lejos de ahí mientras a sus hermanas las cortaban en la misma mesa y las exponían muertas al lado, peces vivos en mini fuentes con agua o sobre la mesa tratando de "respirar" con un abre y cierre de boca mientras se ahogaban con el aire, etc. Nada muy apetecible.






Compramos unos tomates cherry para la tarde y nos vamos a tomar desayuno occidental. La elección es la cafetería JOMA a dos cuadras de nuestro cuchitril. Versión laoense del Starbucks... Pedimos un sándwich para Carlos y un pastelito para mi, más chocolate y cafe mocha fríos. Rico el desayuno. Volvemos al guesthouse a levantarnos ya sin volver a dormir.





Al final empezamos el día tarde. Antes de todo pasamos a reservar la minivan a Vang Vieng para dos días más... La Barbi le puso el gorro a sus perrhijos con un primo de estos lados...




Tipo 11 recién estábamos partiendo en las motos a las cuevas Pak Ou. 20 kms aprox en un camino más amigable que a las cascadas, pero con un final por camino de tierra más agotador. Llegamos allá con los traseros planos. Nos levantan una cuerda para evitar que pasemos en motos más allá (estrategia comercial para obligarnos a pasar por el mini mercado y pagar estacionamiento). No nos queda otra. Caminamos hasta la orilla del río donde tomamos un bote a mini motor por 10.000 kip cada uno y cruzamos al otro lado.





Al llegar allá nos esperan muchos peldaños. Aún estamos resentidos de la subida a la cascada de ayer pero no hay ascensor así que no hay opción. Llegamos a la cueva principal (que también es conocida como la cueva de los 4.000 budas) y nos damos cuenta el por que de su nombre... Esta llena de budas: budas grandes, chicos, más chicos, parados, sentados, acostados, con la mano así, así y así, etc. Personalmente encuentro que es la muestra religiosa más fea en la que he estado. Carlos me reta por el comentario pero en verdad es horroroso. Muy sobrecargado y con muy poco sentido... La gente ha ido dejando esos budas ahí de a poco por lo que la composición final difícilmente va a ser algo bonito.





Escalamos un poco más (por escaleras, claro) y llegamos a una cueva arriba donde hay que entrar con linterna. Nos prestan una linterna en la entrada (una alemana que cruzo con nosotros en el mismo bote) y usamos también el celular. Hay dos "altares" también cada uno con hartos budas. Fotos y de vuelta. Bajamos, algunos valientes pasan al baño asqueroso que además era pagado, y volvemos al bote. Volvemos a cruzar el río Mekong y nos quedamos un rato en el Restaurant tomando unas bebidas y cervezas antes de volver.




El camino de regreso es más corto (obviamente sólo en sensación) porque hacemos una parada en un pueblito donde tienen en cada casa un puesto con sedas y los telares en el mismo lugar... Pocos turistas pasan por aquí al parecer, ya que mientras estamos, que fue un buen rato, sólo pasa un grupo rapidito y se van. Cada señora vende lo que hace más algo traído de algún otro lugar al por mayor. Preguntamos cuanto demoran en hacer 1 tela de las que venden y nos dicen que 2 días de trabajo por tela... Y ahí es cuando te cuestionas el regateo... Lo dejan en 50.000 kip por seda (3.000 chilenos aprox.), por dos días de trabajo... Wow! Nos quedamos todo con una sola señora y logra vendernos 8 de sus sedas laoenses hand made por ella misma... Día de suerte! La venta del mes! Seguro las invita todas a un happy hour en la tarde. Calculamos cuánto fue su venta y nos damos cuenta de que son solamente 24 mil chilenos... Silencio en la sala.






Seguimos el camino y llegando a Luangprabang vemos a lo lejos un templo que desde el avión se veía genial, en la cima de un cerro. Andamos con las motos así que es ahora o nunca. Nos desviamos y pasamos al Wat...... (en la foto sale) . Ya arriba nos damos cuenta de que el templo tiene un "buen lejos" porque de cerca es más charcha que los otros que hay por ahí.






Nos vamos de vuelta a almorzar a Luangprabang, y nos tinca un Restaurant que en la primera vuelta en moto vimos que estaba lleno. Como son casi las 4 de la tarde esta vacío aún. Pedimos mesa para 6 y la complicación del mesero es máxima! Nula personalidad. Terminamos armando nosotros una mesa y empezamos los pedidos. No siquiera entiende "Diet Coke", "Light Coke" y todos sus denominaciones varias en distintos idiomas, por lo que el futuro es claro... Algo va a salir mal. Empiezan a llegar las bebidas, jugos y cervezas (de a uno) y luego los platos por goteo. Cuando sólo falta el de la Nico sorpresa! No es lo que pidió... Lo divertido de todo es que el pedido llego bien sólo que cuando llego el plato de Matías no era para el, ese era el de la Nico... y como había llegado de los primeros ya ni migas quedaban. Caos total! Fue como si les tiráramos una bomba emocional a los laoenses del lugar... Todos complicados decidimos plantearles la solución al tema: que trajeran de nuevo el plato que se había comido el Mati. Pagamos la cuenta (igual con buena propina y completa a pesar del error) y nos vamos. Devolvemos las motos y recuperamos el pasaporte de Carlos. Estaba en perfectas condiciones.

Pasamos un rato en el guesthouse y luego fuimos por más! Queríamos vida nocturna (...9.30 PM). Salimos todos menos el Vale que se quedo descansando. Pasamos por el Night Market a una compra pendiente de la Barbi, luego nos vamos a la zona de bares a orillas del río Nam Khan y vamos a uno que nos tinco el primer día: "Lao Lao Garden". Con los top 100 del Billboard sonando de fondo nos sentimos como carreteado en Vitacura pero con un ambiente más rico: árboles, mesas de madera como troncos, una fogata, etc. Pedimos unos copetes que llegan de a uno pero bien rápido así que no hay mucho tiempo muerto entremedio, y nos entretenemos leyendo la carta... Ojos bien abiertos: aquí esta la explicación a TODOS nuestros problemas en Laos:

- La comida se comparte y se sirve a medida que van saliendo los platos, así cuando cada plato llega se comparte y luego el otro, otro, etc (por eso hoy cuando llego el plato de la Nico y se lo pasaron a Mati el error fue nuestro por no usar el sistema de compartir)

- Los dueños de locales a las 23.30 deben cerrar porque a las 00.00 hay una especie de toque de queda que ha sido sobrepasado por los turistas (ahí es flexible), pero a ellos los multan... Por eso no hay vida nocturna.

- Las ofrendas de comida a los monjes esta pensado en locales y no para el turismo porque se chacrea la cosa y se convierte en una explotación comercial del ritual por las señoras que venden la comida a los turistas... Ese arroz ellos no se lo comen (o sea lo de la mañana, puros condoros).

Y así, más cosas... Somos los peores. Aún nos quedan unos días en Laos así que aun podemos tratar de ser mejores personas. También aparecen advertencias como las penas por consumo de drogas, tanto para los dealers como para consumidores con hasta penas de muerte y fianzas enormes, con policías civiles encubiertos y cosas así.

Estamos hasta más o menos las 11.30 Y nos vamos al guesthouse. Con Carlos llevamos casi 19 horas despiertos así que buenas noches y mañana a disfrutar el día libre.

martes, 29 de enero de 2013

DÍA 10: KUANG SI CASCADAS & NIGHT MARKET

8:30 AM... listos para salir (¿quien dijo que estas eran vacaciones?)


Pasaje del Buckfuckers Hostel... en la escala agarrando señal de WiFi para subir las cosas al Blog


Tomamos las motos y partimos a tomar desayuno. La elección de hoy: Morning Food Market. Nos sentamos fuera de un puestito mosqueado donde la persona que atendía sólo tenía un pañito para la transición de área sucia a área "limpia"de su carito... recibía plata, cocinaba, etc. como todos acá. Estamos todos estables estomacalmente por lo que nos damos el lujo de tomar esta nueva aventura gourmet. Pedimos baguets (que son típicos acá y es lo que va quedando de tradición francesa, porque antes ésta era una colonia francesa). Algunos con cosas saladas (pollo + ensaladas, palta tomate, etc.) y otro por ahí con cosas dulces (nutella + banana). De acompañamiento unos shakes frutales de plátano, mango, piña, etc... los más osados con yoghurt en el shake, gracias. Mientras esperamos vemos cómo se posan las moscas sobre los baguetes aún no completos... las espantamos desde lejos y la sra. del carrito y su hija se sonríen como diciendo "seguro no hay moscas todo el día en esta comida que estamos preparando"... y las espantan, un poco.




Sobremesa corta, con ningún efecto inmediato post-desayuno. Pasamos a la oficina de información turística a ver bien por dónde es la cosa a la que vamos. Nos muestran amablemente y después nos tratan de vender el mapa que claramente para ellos es gratis porque esta lleno de publicidad alrededor. Carlos le saca en cara al informador turístico que es un fresco por querer vender un mapa gratuito y nos vamos indignados... total, ya sabemos por donde ir. Nos vamos de paseo en moto a las cascadas Kuang Si. Antes pasamos a llenar los estanques de bencina para no tener sorpresas en el camino. Son 32 Kms por recorrer y no sabemos qué es lo que nos espera. El camino con varias cosas que ver. Calle asfaltada, con algunos eventos pero bien, con varias curvas no terribles en un paisaje entre cerros. De vez en cuando se ve una que otra huerta pequeña-mediana para familias autosustentables o pequeños productores de los que vemos después en los mercados. Vamos abrigados porque el clima acá es más agradable que en Bangkok, y con el viento en la moto no nos queda más que ir bien protegidos. Van pasando los Kms y a unos 5 de la cascada vemos unos campos de arroz... ya pasaremos de vuelta a Luang Prabang. La carretera nos va haciendo la cuenta regresiva a nuestro destino final (porque a cada Km había un letrero con el nombre de la cascada y cuanto faltaba para llegar), hasta que llegamos.





Pagamos la entrada y antes de pasar la puerta vemos el cartel con las reglas a seguir para los visitantes a Laos, país:

1 - Respetar a los monjes, las mujeres no pueden tocarlos
2 - Cubrir hombros y rodillas en los templos
3 - No consumir drogas
4 - Apoyar a las villas entregando donaciones a los mayores
5 - No ser ruidoso, es ofensivo
6 - Preguntar antes de tomar fotos a las personas
7 - Andar en ropas minimas o sin polera es ofensivo
8 - Ayude a conservar la cultura (no subirse a los budas-construciones)
9 - No mostrar afecto publicamente
10 - Apoyar el desarrollo comprando productos locales
11 - Cuidar la higiene personal o prepárese para que se rían de ud.
12 - Rechace la compra de cualquier antiguedad: será multado

Wow... mucho que pensar. Mandamientos 5, 6, 8, 9 y 12... mejor ni hablar. El 10 vamos bien hasta ahora.

Entramos al parque de la cascada Kuang Si y lo primero que vemos es una zona de rescate, o cautiverio, de osos negros. Muchos osos y muy activos. Buena jaula, bien ambientada, bien. La alimentación de los osos es a las 12:30 así que en una de esas alcanzamos a verlo... son recién las 11.


Oso en posición de rezo al Buda de los osos.


Empezamos a caminar y vemos un sendero de trekking. Después nos enteraríamos que ese sendero era el camino difícil de otra opción facilísima a prueba de abuelos en el lado opuesto del riachuelo y sus cascadas.




Llegamos a la base de la cascada principal... bien bonita la cosa. Mucha agua, enorme caída y bonito paisaje. Decidimos seguir por el sendero del trekking que solitos escogimos hacer para tratar de llegar a la parte más alta y ver la cascada desde arriba. Caminamos, caminamos y caminamos, y cada vez el camino era más difícil... la pendiente era más y el terreno como con fango seco nos hacía prever el futuro... "bajada de laja". Subimos hasta llegar a la parte más alta cansadísimos, sudando y pensando ¿dónde están las vacaciones? pero lo logramos.



Terreno fangoso seco, con pendiente que aquí claramente no se ve como de verdad era!


Ya arriba de la cascada la corriente no era mucha. Para pasar al otro lado y usar la bajada senil teníamos que pasar por el agua. Nos equipamos con zapatos de agua, pero a la Nico se le habían quedado... la opción, unas Hawaianas. Empieza a cruzar por un terreno de fango tragón que hace que se hunda cada vez más y al sacar el pie la tierra se traga una de las Hawaianas. Por más que intentaron rescatarla fue imposible... la Hawaiana pasó a mejor vida y probablemente se fosilizará y será encontrada por futuras generaciones que dirán "¿y esas cosas usaban en los pies nuestros ancestros?"

La bajada por el otro lado definitivamente fue demasiado más fácil. Con zonas más planas y definidas, pendiente de baja complejidad y poco riesgo de muerte. Vegetación tupida igual, pero con más vistas a la caída de agua en el camino. Ya acercándonos nuevamente a la zona de la cascada encontramos una escalera claramente diseñada para que los visitantes típicos de Luang Prabang (gente mayor) puedan acceder a la cascada en la parte superior... bien pensado.






Ya al final de esa escala estaban los abuelitos de la caja de compensación de Luang Prabang almorzando... nos empieza la sonajera de tripas. Vamos primero a sacarnos fotos a la cascada, en su base mojándonos las patitas... buenas fotos, y a almorzar!. Fuimos a la cafetería oficial de la zona de la cascada y comimos baguetes y croisants. No hace tanto calor así que dudamos un poco meternos al agua. Buscamos un lugar donde el baño esté permitido y los primeros en entusiasmarse son nuestros machotes. Buscaron una famosa liana para colgarse y saltar al agua, pero no estaba ni la habíamos visto en toda nuestra escalada.

1, 2, 3, al agua!. Fotos y videos por millones saltando. las mujeres mirábamos pero con piel de pollo sentíamos cero ganas de saltar. Finalmente, pensando en que después no hacerlo podría ser una sensación de arrepentimiento de "pucha por qué no me metí?!", voy por mi traje de baño y al agua. Luego van la Barbi y la Nico... había que aprovechar el tremendo pique que nos habíamos pegado hasta allá!




Después de un rato el frío fue mucho y las fotos y videos suficientes. Hora de volver a la ciudad. Nos secamos, vestimos y abrigamos y empezamos a bajar hacia el estacionamiento, pero en el camino ¡sorpresa! la liana estaba ahí, en una piscina que no habíamos visto porque nuestro trekking nos desviaba por otro camino y no pasaba por ahí... los hombres se miran con cara de ¿qué hacemos? y finalmente aperran. Vale y Mati se vuelven a poner traje de baño y al agua!




4 saltos y a vestirse de nuevo. Hora de volver. Recorremos un poco el mercado de allá, compramos unos snacks locales (plátano, papas y otras cosas horneadas o fritas) y a las motos. En el camino pasamos al campo de arroz que habíamos visto a la ida y entramos cara de palo. Pudimos ver a personas trabajando en la zona, sembrando arroz, mientras nos tomábamos las fotos.





En el camino también pasamos por varios pueblitos donde la gente vive en el desorden... hacen todo en el suelo, tienen las mesas y cocinas fuera de sus casas y los negocios y minimarkets son un sin fin de cosas apiladas sin estantes... en su desorden encontrarán que está ordenado, pero para mí es un desastre local. También vemos muchos niños jugando fuera de sus casas al lado de la calle donde pasan y pasan motos, camiones, camionetas, tuc tucs y autos. No hay muchas leyes del tránsito pero la gente parece tranquila así... probablemente a pesar de todo los accidentes son algo poco frecuente. Vemos también en un lugar varias van de turistas que pararon en un conglomerado de casas locales. Hay una pelea de gallos en acción. Paramos las motos y llegan como si fuésemos imanes un montón de niños a pedirnos las cosas que teníamos: bebidas, comida, etc., entrenados para sacar algo de quienes paraban al lado de sus casas. Nos vamos de inmediato porque la situación es incómoda. A diferencia de las zonas anteriores donde pedir cosas a los turistas es el negocio, otras familias tienen sus huertas y venden sus verduras a la orilla de la calle como en la foto de aquí:




Ya llegando a Luang Prabang empieza a plagarse de motos para todos lados. La linea divisoria de las calles está casi de adorno. Llegamos al hostal y avisamos que nos quedaremos 3 noches más. También avisamos a los de las motos que las tendremos un día más.




Aprovechamos de ir al night market temprano para que no nos pille el cierre de mercado como todas las veces anteriores en los distintos lugares que hemos estado en el Sudeste. Con Carlos lo recorremos completo y decidimos dar el gran paso... nos compramos todo lo que nos gustó!! Ahora si que estamos fritos porque no tenemos donde llevar las cosas. Seguro pronto tendremos que hacer una encomienda.
Nos llama la atención que después de pagar cada cosa, golpean con los billetes las cosas de sus locales... Carlos pegunta y es un gesto para la buena suerte. Todos lo hacen!. Lo otro entretenido es la forma de regateo. La transmición de información y las ofertas son en una calculadora. Te ofrecen un precio, te bajas a la mitad, te suben harto, lo bajas a un poco más de la miad y generalmente queda por ahí. Algunas en algun momento del regateo te suben un poco y con un "please" te parten el corazón para que no puedas regatear más... fin del negociado.






Regateo con calculadora


Nos encontramos con los demás ya muertos de hambre todos, vamos a dejar nuestras cosas y nos reencontramos con ellos para cruzar el puente... A pesar de que está lleno de bares y restaurants que se ven muy buenos en el lado tradicional de la península de Luang Prabang, ese camino luminoso nos llama como polillas a cruzar al otro lado. Pasamos el puente de bambu y por suerte nuestra reserva de ayer estaba ok. Nos pasan a la terraza privada y nos sentamos en los cojines en el suelo. Que buen lugar!. Pedimos lo que hemos estado soñando todo el día: Fondue. Para nuestra sorpresa, después de que llegan solo 2 copetes primero, nos llega todo el resto del pedido junto. No esta de mas contar que para nuestra terraza privada en la entrada teníamos que abandonar nuestros zapatos como se estila acá. La sorpresa más grande fue que el exquisito queso derretido que esperábamos en las fondues nunca llego. Lo que se usa acá es un brasero donde se pone una olla que en el centro tiene una elevación semicircular que hace de parrilla. Alrededor se pone un caldo que creemos es de pollo y luego se van poniendo los ingredientes de la sopa: huevo, verduras (champiñones, zanahorias, cebollin y otros), fideos de arroz y noodles. Mientras se cocina la sopa se asan las laminas tipo carpaccio de la carne que elegiste, antes engrasando con grasa de cerdo la superficie semicircular para que no se pegue (no es de teflon). Nos damos la torta comiendo, y al final rendidos nos echamos en nuestros asientos/cojines, rompiendo todas las reglas de las buenas costumbres, a conversar.

Finalmente pedimos la cuenta y nos vamos a dormir porque en Luang Prabang NO HAY VIDA NOCTURNA. Antes pasamos por un bar que nos dijo la Pili que podía satisfacer nuestras ganas de hacer algo más en la noche (Utopía), lo dejamos identificado para mañana volver...